domingo, 16 de agosto de 2015

"No me interesa ni busco cambiar lo que piensa cada uno de mí"

Así de determinante suena Peter Lanzani cuando se le pregunta por los prejuicios que se pueden tener sobre su trabajo. Con una carrera forjada en la televisión, en programas para adolescentes, este año será el que marque un nuevo rumbo en su carrera. Al estreno de Equus, la clásica obra teatral, producida y protagonizada por él, ahora suma su interpretación de Alejandro Puccio en El Clan (2015) film de Pablo Trapero en el que comparte protagónico con Guillermo Francella. "El que venga o vaya a verme con prejuicios es algo de él/ella o del que lo tenga, yo quiero que vayan a ver la peli porque es interesante, sin prejuicios, y con la libertad de tratar de ir a ver una historia", dice en diálogo con EscribiendoCine.





¿Cómo fue prepararte para este año de grandes desafíos?
Es difícil, está todo medio fríamente calculado también, la peli la terminé de firmar en febrero, la obra la empecé a preparar en marzo/abril, entonces los tiempos recién ahora se empiezan a cruzar, con días bastantes complicados de energía y horas de laburo, igual no es nada que no haya hecho antes ni que sienta que no voy a poder hacer, por eso elegí también hacer esto, obviamente ambos proyectos son de un peso enorme, la película es un sueño de mi vida, yo soy fanático del cine, y más trabajar con Guillermo Francella y con Pablo Trapero, dos animales, de quienes aprendí muchísimo, en lo laboral y personal. La obra es una apuesta más mía, compré los derechos, así que voy como productor y como actor y es una obra muy compleja de actuar. Además es mi primera obra de texto y estoy tratando de estar a la altura de las circunstancias, no es tan fácil, pero es un desafío que me puse para seguir creciendo. Estar arriba del escenario haciendo esta obra es crecer. Trato de sacarle provecho función a función y seguir buscando y encontrando cosas dentro del personaje.

¿Cómo fue entrar en Alejandro Puccio y salir de él?
Fue difícil, un trabajo muy arduo psicológico, lo primero que sentía que tenía que hacer era entender de raíz todo. Sentía que si tenía las decisiones y entendía al personaje, su psicología y cual era el dolor que lo movía, el lado que le decía que estaba bien lo que estaba haciendo, por su ambición y por seguir en el Clan de su viejo y cuál era el lado que le decía “esto está mal”, eso era el propulsor del personaje. Extrovertidamente no habla tanto, es introvertido, por eso me escribí muchísimos textos , desde cartas hasta monólogos, como para poder hablarme y decirme por dentro. Para mí es la mejor manera de pensarlo, desde adentro, pensar qué estás pensando.

¿Es la primera vez que hacés esto para un personaje?
No, pero a tal extremo sí. Es uno de los papeles más jugados que me tocaron hacer, también lo estoy haciendo para el personaje de Equus, que tiene una psicología muy complicada, para mí lo importante es ver qué los moviliza, y ver qué decisiones toman, para a partir de esa decisión ir a otro texto que los lleve a otro lugar y así con todo. Volviendo a la pregunta anterior el entrar y salir de Alejandro fue difícil porque fue uno de los trabajos más hermosos que tuve, filmé mucho de noche, con horarios cambiados y el acostumbrarse a veces a tener la energía baja, pero nada que me haya carcomido la cabeza, nunca perdí el rumbo de nada, de hecho lo que me ayudaba a nunca perderme era ver a mis amigos, a mi familia, que de alguna manera u otra son mi cable a tierra y son lo que trato de tener más presente porque eso es el verdadero Peter. No fue fácil, ni lo es, es un proyecto que me requirió mucho esfuerzo, físico, mental, de composición, de textos, de labor, de todo, todas las escenas eran difíciles, a veces filmábamos 13 o 14 horas y yo llegaba a mi casa de madrugada y me ponía a seguir escribiendo y probando. Viendo qué decisión tomar en cada texto por la escena que continuaba. Todas las escenas eran difíciles, hay algunas que te componen para el final, son pequeñas migajas que dejas para el cierre e ir lo más lejos posible o mostrar la angustia, el enojo, el estar perdido.

¿Cómo fue el trabajo con Guillermo principalmente en las escenas de tensión?
Desde un principio con Guille pegamos buena onda, que me permitió disfrutar muchísimo y aprender muchísimo, que era lo que más quería. Aprendí mucho de él y de Pablo, son dos artistas, con gran talento, personalidad. Cada uno compuso su personaje y luego la conexión de los dos nos ayudó mucho. Con Pablo hicimos muchos ensayos antes de arrancar la filmación y en cada rodaje. Charlábamos mucho, y cuando lo componíamos teníamos que buscar de qué manera lo hacíamos, como compenetrábamos, qué hacíamos, qué contábamos, desde qué tono, y eso tenía mucho que ver con la estética de la película, basada en los personajes. Disfrutamos mucho hacerlo, nos divertíamos cuando podíamos, porque las escenas, básicamente, son todas densas, estábamos muy metidos, porque tiene que ver con la mirada del otro, una imagen cuenta más que mil palabras, pero estuvo muy bueno, disfruté y a lo que fui, que fui a aprender, me lo llevé. Aprender de estos animales y de cómo es hacer cine, algo que a mí me fascina tanto.

¿De tu idea de hacer cine a lo concreto del rodaje cuál fue tu experiencia?
Se superó por completo, además yo venía de la tele, con su rapidez, y acá estábamos por ahí seis horas con una escena, o un día entero, y me encantaba, y me encantaba repetir, siempre con ganas de seguir laburando, a pesar del cansancio y de todo. Me levantaba pensando en la escena que me tocaba, me sorprendió mucho de mí la predisposición, que volvió a nutrir mi pasión por la actividad. Me fascina el cine, empecé a entender lo que es el arte, desde cómo ambientar un lugar, una escena, por qué poner un lente, la posición de una cámara, si la composición es coral, todo encaja.

Cuando te dieron el sí para el film, ¿qué buscabas en el personaje?
Yo lo había hecho un poco personal porque mi viejo había jugado con Alejandro, era amigo de Alejandro Aulet (el segundo secuestrado en 1983) y me parecía un desafío enorme, algo diferente a lo que venía haciendo en mi carrera, y a mí me gustan en el cine las historias rebuscadas, con personajes difíciles y complejos, y sentía que por el momento en el que estaba podía aceptarlo, y quería hacerlo. Después lo que llegara a pasar, si gusta o no, dependerá de la gente, no hay nada dicho con eso. Yo lo disfruté y me fascinó, y espero estar a la altura de las circunstancias, no es una película fácil para nada.

¿Creés que esto es el inicio de un nuevo rumbo para tu carrera? ¿Qué vas a buscar ahora?
No busco llenarme de presiones ni expectativas, yo busco crecer en lo personal y profesional, y en lo actoral con cada desafío que tenga, que me elijan, que me llegue, o que haga yo, como con Equus, quiero crecer, buscar más, tener desafíos, componer como hacen los actores norteamericanos que hacen composiciones hasta desde lo físico, bajando de peso, logrando ser diferentes a cómo ellos son como personas, eso me parece lo más interesante.

Y acá lo lográs…
Si, quise hacer eso, ver también las decisiones del personaje, en el detalle y en el detalle del detalle está el oro de la composición.

Más allá de la investigación previa que hizo Trapero, ¿te inspiraste en alguna película o hecho?
Busqué imágenes. El Grito, de Edvard Munch, me ayudó mucho, es una imagen que habla del horror en el que vive el personaje, no sé si otra cosa puntual, pero hay cosas que me inspiraron porque un buen laburo te da ganas de eso. Leí libros por fuera de lo de Pablo, se lo he comentado, lo dialogamos, propusimos cosas, me junté con personas que conocieron a Alejandro antes y después del horror, y traté de raíz componer el personaje para que cuando ingresara al set estar también abierto a lo que proponía el director, Guille o quien fuera, todos estábamos atentos para hacer lo mejor posible. El equipo que se armó fue increíble.

Si esto no hubiese pasado, ¿crees que el resultado hubiese sido otro?
Si. El equipo trabajó para que se generara lo que se está generando hoy en día, cuando todos trabajamos en conjunto dando lo mejor se nota, termina traspasando la pantalla, eso es importantísimo.

¿Cómo manejás los prejuicios que se puedan a llegar a tener sobre vos?
De chico me enroscaba más, porque sos más permeable a engancharte con esas cosas, hoy en día no me interesa ni busco cambiar ni la actitud ni lo que piensa cada uno de mí. Yo busco los personajes para seguir creciendo en lo personal, en lo actoral, y que lo vengan a ver les guste. Ahí es donde gano yo, y trato de agarrarme de las críticas positivas o constructivas. El que venga o vaya a verme con prejuicios es algo de él/ella o del que lo tenga, yo quiero que vayan a ver la peli porque es interesante, sin prejuicios, y con la libertad de tratar de ir a ver una historia. Yo no me engancho, ni me moviliza. Estoy buscando desafíos como actor, si yo los tuviese no estaría en la búsqueda, quiero estar a la altura de los desafíos y creo que eso es algo importante para mi carrera.

¿Van a acompañar a la película a la 72 Mostra de Venecia?
Esperemos que sí, son cosas que se irán viendo en estos días, ya el participar es algo increíble, sobre todo por ser este Festival, además Venecia es una ciudad que me fascinó, voy a hacer todo lo posible por ir y claro que esto es un mimo enorme para la película, que va a dar mucho que hablar por cómo se la hizo. Estamos disfrutando del proyecto que hicimos día a día.

¿Por qué crees que este año se decidió revisar el caso Puccio?
Pablo viene trabajando hace tiempo con el proyecto y este año se cumplen 30 años de la captura y me parece que a las historias hay que darles un proceso de maduración, sobre todo por cómo dio que hablar en su momento y hoy en día puede despertar muchas incógnitas. La película tiene mucha información a favor que no se supo ni llegó a los medios, el que la vea se va a llevar muchas sorpresas y se irá con incógnitas y ganas de buscar más información, yo recomiendo no hacerlo antes.

¿Y ahora qué se viene?
La obra, la peli y además estoy grabando, no mucho, pero tengo en La Leona (2015) un personaje de composición, adicto, intenso, con libertad, con una psicología difícil, oscura, pero con algunos momentos de bastante luz. Estoy rodeado de bestias como Miguel Ángel Solá, Esther Goris, Juan Gil Navarro, Mónica Antonópulos, Dolores Fonzi, Ludovico Di Santo, Marco Antonio Caponi, y Pablo Echarri y Nancy Dupláa, los protagonistas. Sse ha formado un elenco coral tan lindo, ayudándonos tanto, es un laburo lindo, me estoy llevando tanto de la experiencia, porque esa es la meta más fuerte que tengo, con 24 años me faltan mucho tiempo de carrera, de estudio y rodearme con gente de estas características increíble y lo disfruto.

De lo último del cine argentino que viste, ¿qué te gustó?
Lo último que ví fue La Patota (2015), me encantó, la forma de contar, el lenguaje, hay muchas, Abzurdah (2015), Sin Hijos (2015), El Secreto de sus Ojos (2009), Relatos salvajes (2014), veo mucho cine y de todas me llevo algo, porque sirve para entender el cine, a la hora de expresarlo es diferente, pero ayuda mucho para la composición.

¿Ya compartiste el film con tu gente?
Si la han visto amigos y me han dado devoluciones muy lindas, periodistas también, yo voy a esperar para verla en el cine con un balde de pochoclo y ahí también sacar conclusiones y escribir unas últimas palabras sobre el trabajo.


@ escribiendocine

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